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La preocupación más “grande”: ¿Por qué ellos no comen?

Actualizado: 4 dic 2020

Hace poco escribí sobre “lo mejor está en lo natural”, publicado en mi blog, prometí a un buen amigo escribir sobre lo que sigue en contexto a esa publicación. Para entrar en contexto abordé los beneficios de un parto natural, de la no separación de la madre y el niño en casi ninguna circunstancia (contacto piel a piel), lo que influía en el éxito de la Lactancia materna exclusiva como acto determinante de la disminución de enfermedades, el apego y vínculo adecuados generando la confianza necesaria para redundar en mejores hábitos de crianza en la familia, de lo contrario originaría múltiples preocupaciones en padres o cuidadores, así como trastornos de conducta o hábitos (claro muchas veces creados sin querer por nosotros como padres o cuidadores) de los más vulnerables: nuestros niños.

Me pregunté siempre como abordar el tema que trataré: “Mi hijo no quiere comer nada”. El punto es que si el niño "no come nada" no estaría vivo y tan vivo como lo ven sus progenitores (buscando otra cosa que hacer, queriendo bajarse de la silla a como dé lugar, corriendo por toda la casa, haciendo berrinches, e incluso con percentiles adecuados de crecimiento, etc.); cual sería la contra respuesta:

"Mi hijo no come nada"

1. Peroooo “…él toma su leche por eso no tiene hambre…”, pues si no le damos se desnutriría: Algunos padres acaban dando a sus niños 50 a 60 onzas de leche al día, esos son los niños que probablemente estén dentro de su peso u a veces obesos con repercusiones de salud como la anemia o el estreñimiento por no consumir mucha fibra en su dieta. Son aquellos que los padres acaban dándole golosinas o comida “chatarra”, lácteos u otros líquidos, o comidas como arroz con huevo frito y papa frita, menos lo que consume la familia.


2. Otros responden: ………. realmente no come nada, come dos cucharitas y ya, y no quiere tomar ni el biberón. Estos padres están en gran problema; y lo que aumenta su preocupación es cuando van a la consulta de control del niño sano (realizada por personal de salud con pocas competencias) escuchando algo así: "...… pero señora, que mala madre es usted, como tiene a sus niños así, les falta dos centímetros y tiene que subir de peso también..", o "...están desnutridos crónicos.....", mandándola al nutricionista y al pediatra; la nutricionista le da una lista tan larga como la del supermercado de fin de semana, indicándole, casi exigiéndole la cantidad que debe comer y las cosas que debe comer; pero cuando la madre le repregunta y como hago para que se coma todo eso, o hay un silencio largo (como decir …….ve tú como lo haces), o un distráelo con algo vídeos, música, televisión dele juguetes, o paséalo alrededor de la mesa, etc.

Luego acaban en el pediatra, quien a veces o muchas veces le piden todos los exámenes que puedan.......ahhh el infaltable examen parasitológico de heces seriado, y si es en el laboratorio donde salen todos positivos……mucho mejor; he visto a madres que han sacado más de 10 análisis de parásitos en tres meses, intentando, sino rogando que en alguno le salga positivo para terminar con el martirio de que su hijo no come, y no haber logrado por tiempos hacer lo que le dijo el personal de salud; y que va de las vitaminas; combinan las vitaminas y el antiparasitario para que el parásito muera feliz; luego de un tiempo todo sigue igual y aún peor. Es una batalla campal entre los padres o cuidadores y el niño.

Como hemos visto hay diferentes puntos de vista entre los padres y madres, así como hay diferentes puntos de vista entre personal médico. Intentaré ayudar a las madres y también al personal de salud, en esta que es una de las preocupaciones más frecuentes no solo de la consulta en salud, sino en cualquier reunión social que tengan como padres, incluso algunos padres y madres definen como "mal fin de semana" porque su hijo no quiso comer.


Iniciaremos indicando que cualquier evaluación debe ir acompañada de una historia adecuada: que le tiene que pedir el evaluador….y ¿Qué tiene que llevar la mamá?, simplemente la tarjeta de nacimiento y crecimiento (pesos y tallas de todos los meses de evaluación desde el nacimiento, o los que pueda), con esto sabremos cual es la línea de crecimiento de un bebé y que percentil (línea de crecimiento) le dieron sus padres con su altura (talla genética). La pregunta que hizo mi buen amigo Luis fue sobre esto: “……….los niños que no reciben leches de fórmula infantil o suplementos infantiles, ¿están en desventaja por no hacerlo?……..”. la respuesta va a continuación.


Todo niño tiene una talla genética, la cual es dada por los padres o su generación, por esa razón hay diferentes percentiles, todos tienen su percentil, todos no tiene que estar en el percentil 50 (es decir en la línea media), es como lo explico, si yo tuviera dos mascotas, es decir un can pastor alemán y un chihuahua, aunque al chihuahua le diera de comer la misma cantidad o más, no lograría que el chihuahua crezca como el pastor alemán. Si ingresa a mi consulta una madre de 1 metro 80 cm y un padre de 2 metros y su hijo está en el percentil 85 ó 90 (es decir en las curvas más altas) como logro bajarlo a la mitad, ¿lo reduzco con un martillo o con una prensa?, nooo, verdad; y si entra una madre de 150 y un padre de 160, y su hijo está en el percentil 25 (es decir en una de las curvas bajas) como lo estiro, ¿halándolo como a Túpac Amaru II?, eso no es posible. Es por eso que cuando las madres acuden al control de niño sano son bombardeadas de mitos y leyendas, diciéndole que su bebé debe estar en la mitad de las curvas (percentil 50), y deben darles más alimento a como dé lugar, iniciando el martirio para el niño, la madre, el padre y la familia (sobre todo la abuela); pero casi seguro más para el niño.

El crecimiento del niño (talla), no se debe comparar con el crecimiento del sobrino, del compañero o del vecino, solo debe compararse con la evolución de su propio crecimiento, con su curva, con la linealidad de su curva (con su línea o percentil), es por eso la importancia del control de niño sano y del seguimiento del niño.


Claro hay ciertas características o riesgos que afectan el crecimiento adecuado de un niño: el peso al nacer (peso bajo) a veces, la prematuridad y su simetría (mientras más prematuro más riesgo), las enfermedades (acidosis tubular renal, enfermedades endocrinológicas, metabólicas) que son muy pocas; pero hay que tenerlas en cuenta, la mala alimentación (que se ve reflejada en la pobreza y extrema pobreza, y en el pobre nivel educativo de la madre). Por eso es indispensable tomar una buena historia clínica.


Con esto acabo; el niño desde su nacimiento debe elegir la cantidad de la comida (el cuanto); los padres el resto, y ¿Qué es el resto?, la calidad (¿Qué?), las horas (¿Cuando?), y el lugar (¿Dónde?)


¿Cuánto? eso solo lo elige el niño y será feliz, pero porque come tan poquito, solo basta saber que alimentos ofrecerle, la consistencia y hacer seguimiento de peso para tranquilidad de los padres


¿Qué le doy?...….. La mayoría de padres (que no estamos en pobreza, ni pobreza extrema) a los que le llegará esta comunicación, sabemos que debemos darles proteínas - carnes (de todo tipo) y otros alimentos que contienen proteínas como huevo, leguminosas (menestras) -; Carbohidratos - cereales (arroz, trigo, quinua, etc.), tubérculos (papa, camote, yuca, etc.); Vegetales y frutas. Claro y lácteos derivados de la vaca a partir del año de edad. No hay más.


¿Cuándo?...… los niños deben acostumbrarse a comer con los padres, a las horas que comen los padres o intentarlo, los que puedan, o a sus horas; les explico: si un niño se sienta a comer a la mesa lo hace el tiempo hasta que la barriga de papá y mamá estén llenos (máximo 30 a 40 minutos), si no comieron nada esperará a la siguiente toma, dependiendo de la edad dos a cuatro horas después y entre ese tiempo no darle nada, si desean algo le dan agua, así aprenderán que hay horas para comer y son para comer (no para exigirles, premiarlos, castigarlos o fastidiarlos), y el tiempo de estar sentados en la mesa también es importante. He visto padres dando de comer a sus hijos a la salida del kínder, al recoger a sus hermanos mayores de la escuela, con su táper de comida y al preguntarle porque le da de comer allí, me responde: “mire doctor como aquí si come”, esta madre pasó ya por todos los “trucos” (distracciones) y ya no le quedan muchos, buscó uno que le funcionó momentáneamente. Este último ejemplo es el ¿Dónde?. Los niños deben comer en la mesa de comer y solo en ella, no alrededor de la mesa, no en la sala viendo televisión, no en su cuarto, no en el jardín, eso se llama control, es decir los que controlan la situación allí deben ser los padres, el niño debe quedarse en la mesa hasta que termine la hora de comer (hasta que la barriga de papá y mamá estén llenas), no hasta que acaben sus platos. El niño debe ser independiente en su alimentación (comer con sus medios)

Hay niños que van muy bien en su curva hasta los 5 a 6 meses, llegando a los 7 meses a 12 meses, no logran subir de peso lo necesario, llegando a estar en la línea más baja en el percentil de peso, luego de haber estado en la mitad o por encima de ésta, la mayoría de estos niños tuvieron que pasar por todo lo ya descrito, acabando con anorexia infantil (por debajo de los percentiles 3 por más de dos meses, sin ninguna enfermedad orgánica). Algo que muchos padres y también algún porcentaje de personal de salud creen es que el lactante debe subir de peso la misma cantidad de peso mensualmente, no siendo esto real. Los primeros 6 meses el lactante sube 900 gr, 1000 gr, 800 gr, 600 gr, 500 gr y 400 gr; luego suben 300 gr en promedio mensual hasta el año.


El cambiar de conductas en la alimentación, toma algún tiempo, y es un trabajo de equipo, todos los miembros de la familia deben estar de acuerdo y hacer lo mismo sino no funcionará y ahora sí estarán verdaderamente confundidos, porque nadie los puede salvar. Al educar en los momentos claves sobre alimentación a los padres estaríamos seguro, disminuyendo estos problemas. La pregunta sería y ¿Cuándo es esto? (al nacer y durante el primer mes con apoyo competente a la lactancia, a los dos o tres meses para reforzar ésta; a los 6 meses para el inicio de una alimentación respetuosa al lactante y en los controles de niño sano para reforzar el conocimiento impartido )


Así que intenten no exigir a sus hijos durante el momento de la alimentación para que coman la cantidad que ustedes quieren; solo edúquenlos en permanecer en la mesa hasta que acabe la hora de comer, a comer a las horas elegidas por los padres (orden), y a comer en la mesa, en ninguna otra parte. Entonces ellos serán felices.


Espero que haya puesto el problema en discusión, y haya logrado interesar a los padres a investigar un poco más sobre el tema.




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